Lobbies
Existen diferentes definiciones acerca de que debemos entender por Lobby, sin embargo coincido con lo expresado por Correa Ríos (1), en el sentido de que sea la definición que sea, existe un verbo que caracteriza y le da sentido al ejercicio de los mismos.
Dicho verbo es influir, ya que sin importar cual sea la definición que adoptemos, o del nombre que les demos a los actores que incluyamos en la misma, lo cierto es que todas coinciden en que mediante dicha actividad se busca influir para obtener beneficios para si mismos o para los grupos o empresas que representan.
Esta actividad se ha hecho cada vez más frecuente para lograr tener injerencia en la toma de decisiones de los congresos y las autoridades estatales, pero la misma no ha sido bien vista por muchos “porque se la identifica con la pugna por ventajas inapropiadas o ilegitimas con acciones que, en la oscuridad del contacto privado, se acerca a la frontera del tráfico de influencias entendido como pactos de ventajas mutuas – presentes o futuras – entre la empresa y el regulador o decisor público”(2).
Sin embargo, dada su actual importancia y su cada vez mayor presencia en los procesos de toma de decisiones, considero que sería un grave error no reconocerlos explícitamente y no establecer la regulación adecuada para mantenerlos dentro del margen de la ley y para volver su actuar cada vez más transparente, evitando así que sean vistos como algo inapropiado.
En mi país, México, aunque si existen instituciones, empresas, etc, que intervienen en la toma de decisiones de los órganos de gobierno, la función de los lobbys no se encuentra reconocida ni regulada. Y la misma es considerada negativa por los ciudadanos, porque generalmente, y me incluyo, consideramos que muchas de las decisiones tomadas por los órganos de gobierno son solo para favorecer a ciertos intereses económicos de algunos grupos y no a la ciudadanía como debería de ser.
Desde mi punto de vista son estos mismos intereses los que impiden que se regule el funcionamiento de los lobbys, ya que significaría tener que apegar su actuar a ciertas reglas.
Considero que un buen ejemplo, sobre como regular los aspectos más importantes de los lobbys, y que podríamos adoptar en México, es el que podemos encontrar en el código de conducta, emitido por la Unión Europea.
El cual se encuentra encargado de regular "la relación de las instituciones europeas con asociaciones ciudadanas, ONG, empresas, organizaciones comerciales y profesionales, sindicatos, grupos de reflexión, etc."
Dicho código de conducta me parece, aunque un poco básico, una buena forma de regular y transparentar la función de los Lobbys.
Ya que nos permite conocer cuales son las instituciones que buscan influir en la toma de decisiones, que es lo que estas persiguen y tener hasta cierto punto confianza en que la información que las mismas presentan es veraz.
Sin embargo, para tomarlo como modelo, creo que sería necesario modificar lo siguiente "obliga a las organizaciones y a los autónomos que lo aceptan a atenerse a las normas y respetar plenamente los principios éticos"(3). Ya que considero que el hecho de que sea potestativo no permite realmente tener un control claro de todas las instituciones que buscan influir.
Aunado a que me parece que puede desincentivar a quienes si se registran, ya que se registran, hacen publicas sus intenciones y tienen que actuar con apego a ciertas normas éticas, cuando el resto de los actores pueden solo utilizar eso, sin brindar lo mismo.
Con dicha adaptación considero que dicho modelo aunque básico podría funcionar para llevar un control un tanto abierto, de las instituciones, organismos, etc., que quieran participar en los procesos de toma de decisiones, en países que no tienen ningún tipo ni de reconocimiento ni de regulación, como es el caso de México.
Conclusión:
Desde mi punto de vista no querer reconocer los lobbys es, como se dice coloquialmente, querer tapar el sol con un dedo, ya que llevan mucho tiempo no solo haciéndose presentes en la toma de decisiones, sino que incidiendo en gran medida en las mismas.
Incluso considero que la presencia de los mismos es algo positivo, ya que vuelve a la toma de decisiones un proceso más incluyente y es una forma de escuchar algunas de las voces que en un futuro van a ser quienes tengan que acatar y vivir con las decisiones tomadas.
Considero que lo incorrecto y la razón por la que se les tiene tanta desconfianza, es porque en pocos lugares se ve con claridad quienes son y cuales son sus intenciones, lo que, como ciudadanos, nos lleva a desconfiar de lo que buscan y de que es lo que están dispuestos a ofrecer por obtener esos beneficios.
Por lo que considero que para que los mismos sean aceptados es necesario volverlos más transparentes mediante la regulación y el establecimiento de un registro obligatorio de los mismos.
(1)http://www.scielo.org.ar/pdf/ccedce/n33/n33a09.pdf
(2)Idem
(3)http://europa.eu/transparency-register/about-register/transparency-register/index_es.htm
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